martes, 26 de julio de 2016

MOLINO DEL CUBO Este molino está construido en un sillarejo, y se trata de un edificio sólido (debido a su carácter defensivo), de base rectangular y dos plantas, en la parte inferior se encontraban las muelas y la parte superior era una gran sala a la que se podía acceder por una escalera de caracol prácticamente desaparecida en la actualidad. Hay una leyenda que habla de un fantasma que aparece en el molino, o en sus proximidades, con aspecto de una masa de niebla con cierto resplandor, que se mueve por los alrededores del viejo edificio y permanece a cierta altura del suelo. Todos los que le han visto, a lo largo de los últimos siglos, aluden a un alma en pena, víctima de los sucesos trágicos acaecidos en el molino. Se aparece normalmente durante la noche y en los días de tormenta. La segunda versión relata la aparición, de un fantasma, pero en este caso es un niño, pero que han sido pocas las personas las que han conseguido verlo. Algunos testigos aseguran haber contemplado, unos pies infantiles que corrían. También han encontrado sus huellas sobre el polvo de los aposentos arruinados. Otros afirman que sus abuelos le contaban que el niño estaba jugando a chapotear en el arroyo del Cubo y al ser sorprendido por un ser diabólico salió corriendo olvidando su calzado, por eso ahora va con los pies descalzos. La sensación que existe en ese lugar, cuando te acercas al molino del Cubo, es que alguien te espía desde la ventana. Existen dos versiones de esta leyenda, una de ellas habla de un fantasma que aparece en el molino, o en sus proximidades, con aspecto de una masa de niebla con cierto resplandor, que se mueve por los alrededores del viejo edificio y permanece a cierta altura del suelo. Todos los que le han visto, a lo largo de los últimos siglos, aluden a un alma en pena, víctima de los sucesos trágicos acaecidos en el molino. Se aparece normalmente durante la noche y en los días de tormenta a los que se atreven por esos andurriales. La segunda versión relata la aparición, también de un fantasma, pero en este caso es un niño, pero que han sido pocas las personas las que han conseguido verlo. Algunos testigos aseguran haber contemplado un halo de luz, y otros, unos pies infantiles que corrían. También han encontrado sus huellas sobre el polvo de los aposentos arruinados. Otros afirman que sus abuelos le contaban que el niño estaba jugando a chapotear en el arroyo del Cubo y al ser sorprendido por un ser diabólico salió corriendo olvidando su calzado, por eso ahora va con los pies descalzos. La sensación que existe en ese lugar, cuando te acercas al molino del Cubo, es que alguien te espía desde la ventana.

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